Una joya del cine coreano, así debo describir a esta película que ha hecho historia y es parte de la historia coreana.
Ya he dicho en varias ocasiones que el director Bong Joon Ho es mi director coreano favorito y considero que Parasite es uno de sus mejores trabajos. El director suele hacer producciones con crítica social pero sin que sea muy obvio, y eso es lo que ha traído una vez más con Parasite.
La historia ya de por sí nos muestra dos mundos totalmente diferentes y que se mantienen en cohesión porque se necesitan unos a otros y ya con eso podemos ver la crítica a las clases sociales que presenta la historia. Sin embargo, hay otros detalles de crítica social que son más sutiles. Un ejemplo, y mi favorito, es el agua, un elemento que aparece mucho en la historia. El agua, si vemos atentamente la película, significa cosas diferentes para ambas familias de clases tan diferentes. Por un lado, para la familia rica, el agua es una bendición y algo bueno, ya que como ellos dicen “ha limpiado el ambiente”. Sin embargo, para la familia pobre, el agua es un elemento de desgracia ya que ocasiona la inundación de todo su barrio. También, si nos fijamos podemos ver que siempre que aparece el agua, esta corre de arriba hacia abajo, como indicando que lo bueno que lleva a la familia rica se va cayendo y se va convirtiendo en la desgracia de la pobre.