Una pareja de instituto rompe. Uno se va a un pueblo para rehacer su vida y olvidarse de todo. El otro se va a Australia porque quería ser surfero. A los años, el surfero aparece en casa del otro con su hija de 6 años y flipa en colores. Resulta que se casó y ahora se está divorciando y luchando por la custodia.

Oye, me gustó bastante. Es una película más seria y adulta de lo que estoy acostumbrado a ver y me sorprendió gratamente. Lo que si recomiendo que te veas antes la serie que la precede (la cual yo no me había visto) y funciona bien para encariñarte más con los personajes, pero igualmente, la película funciona perfectamente bien por separado.

El punto de la hija funciona perfectamente en la trama, y resulta un buen punto de apoyo para la trama, así como nudo y desenlace de la misma. Introduce muy bien la problemática LGTBI así como la paternidad, aunque si es cierto que hay momentos en los cuales resulta algo pesado.

La escenografía, si te gusta el ambiente rural, está bien conseguida y resulta agradable. El cast resulta muy bueno, te metes facilmente en la trama.

¿Recomiendo verla? Si ¿La volvería a ver? Antes pensaba que no, pero escribiendo esta reseña, me han entrado ganas de verla de nuevo, así que si.